El Sistema Nervioso Motor en Natación

Planear, coordinar y ejecutar

Consideraciones a tener en cuenta en el aprendizaje, entrenamiento y mantenimiento de las posturas básicas en el desplazamiento por el agua…

Nuestro deporte se ha convertido en los últimos años en una actividad social. La natación y los deportes relacionados con ella, han subido muchos escalones en cuanto al número de practicantes entre la población actual. Como no podía ser de otro modo, esta evolución en el número, debía ir de la mano de elementos favorecedores que ayudasen a entender realmente, la pérdida de estabilidad perceptiva y control de respuestas por parte de los practicantes de modalidades deportivas que usan el agua para desplazarse y paradójicamente, a través de ella. Solo las aves y los peces usan su medio como soporte y obstáculo, y los humanos, como no, nos empeñamos en parecernos a ellos. La gran diferencia, es que nuestro Sistema Nervioso Motor evolucionó para percibir los sólidos y menos los fluidos.

Procesar todo lo que viene del mundo externo e interno para dar una respuesta válida y efectiva hacia los objetivos que nos interesan, necesita apoyarse en muletas que nos ayuden a manejar nuestro viaje deportivo cada día. Nuestro Sistema Nervioso Sensorial, en el medio acuático, necesita ayudas que le hagan poder enjuiciar la información física del medio en el que se encuentra y convertirla en información neural para integrarla en los procesos necesarios para que el Sistema Nervioso Motor convierta de nuevo ésta en física a través de nuestros músculos efectores y que concluyen con los movimientos. Los necesarios para ser eficaces, son el resultado de una amalgama de procesos neurales que necesitamos conocer, controlar y manejar con claridad y para los que no estamos demasiado dotados.

El aprendizaje y mantenimiento de las posturas básicas en el nado, son los cimientos de nuestra estructura de movimiento. Sin un buen posicionamiento de nuestro tronco, difícilmente podremos ser eficaces cuando utilizamos los segmentos distales para propulsarnos. La información neural que controla las estructuras básicas y las propulsoras, discurren por caminos diferentes y necesitan sincronía. Del mismo modo que un atleta tiene que colocar sus puntos de apoyo con los ángulos correctos para tener una zancada eficiente, manteniendo su centro de gravedad adelantado, los nadadores necesitan comenzar este apoyo eficazmente con sus primeras falanges, porque según lo que hagamos con ellas y se encuentre su centro de gravedad con respecto al de flotación, sucederá después, con el problema añadido de que nuestro apoyo se moverá y nuestro tren inferior nos frenará. Planear, coordinar y ejecutar es un proceso de aprendizaje y control motor que los nadadores necesitamos entender desde la Sensorialidad  y la Percepción.

En la Corteza Motora Primaria, también conocida como área cuatro, se organiza casi todo el entramado neuronal que enviará la información para convertirla en movimiento a través del Tronco y la Médula.  Los movimientos finales, las formas de ejecución de nuestros nadadores, deben ser el resultado de la interpretación de los mismos, bien a través de los canales de comunicación habitual, auditivo y visual, pero sobre todo el propioceptivo y táctil. Los entrenadores debemos usar esta autopista para llegar a los cerebros de nuestros deportistas y poder transmitir nuestros conocimientos y deseos.

Siempre hemos estudiado, escuchado y practicado que usar una amplia gama de ejercicios con relaciones espacio-temporal diferente y ángulos de acción distintos en las tres dimensiones, nos reportaría una base sólida y una transferencia elevada en la búsqueda de nuestros objetivos. Desde nuestro punto de vista, esta forma de entender el aprendizaje motor, debería utilizarse en las primeras etapas de formación motriz de los neófitos. Cuando un niño parece estar jugando con el uso de sus miembros y posturas, su entorno y los objetos que manipula, tan solo está buscando las posibilidades de las que dispone para su control y en ese proceso establece relaciones de conexión entre sus sistemas usando sus neuronas. Si trasladamos este proceso a las actividades acuáticas, no sería descabellado seguir este camino, pero insistimos, en las primeras etapas de construcción de su esquema general de movimientos en el medio acuático ya que se está conformando una red amplia y variada de conexiones.

A medida que nuestros objetivos son más deportivos, no todos los movimientos realizados nos servirán para construir un estilo eficaz de nado, ni hacer un gran volumen nos garantizará una ejecución elegante y efectiva, ni tampoco desmenuzar los gestos demasiado nos da ventajas de aprendizaje. Nuestros movimientos tienen varias componentes implícitas con características diferentes, y conocer y dominar estos procesos son de vital importancia para nuestros intereses.

J. Bonal Pedrón

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