Sensorialidad, Percepción y Entrenamiento (1)

Hacer entender nuestro camino

“Deseo, Dirección, Acción…”

 

¿Desplazarnos a través de un fluido como el agua, necesita del desarrollo y mantenimiento de determinados aspectos específicos relacionados con la percepción?

Si prestamos atención a esta cuestión y la ponderamos objetivamente como parte inherente al desarrollo del rendimiento en natación, nos daremos cuenta que el ser humano, es decir, todos y cada uno de los deportistas que tenemos en las clases de natación o entrenamientos, deberían adaptar, desarrollar y prolongar, unos más que otros, las capacidades relacionadas con aspectos básicos de aplicación de fuerzas, posturas, equilibrio y mantenimiento de éstos en el desplazamiento acuático a través de un medio muy diferente al  que filogenéticamente se ha desarrollado el cerebro del ser humano, “la sensorialidad acuática”.   

“Capacidad para percibir sensaciones a través de los sentidos en el medio acuático”.

(Curiosamente los dos hemisferios que configuran el cerebro rigen la parte contraria del cuerpo, mayoritariamente: el hemisferio derecho, el de la sensorialidad, la parte izquierda; y el izquierdo, el mecánico, la mitad derecha).

¿Tendrá esto algo que ver con que al ser la natación un deporte cíclico repetitivo y mecánico la mayoría respiremos por el lado derecho en crol y descuidemos ciertos aspectos positivos de usar los dos lados, respirando según demanda metabólica, táctica, técnica o de equilibrio muscular y articular?

Existen en nuestro deporte y debido a la existencia de 4 estilos, sin olvidar virajes y salidas, situaciones óptimas comunes a toda esta variedad motriz, momentos, posiciones y tensiones que han de ser mantenidas en el espacio y en el tiempo para poder adaptarnos a la mejor forma de movernos y todas ellas dejan de ser rentables sin la percepción por los sentidos de esta capacidad esencial.

Desde la posición del entrenador, es básico introducirse en el mundo de los sentidos, además de saber y experimentar personalmente cómo los nadadores y triatletas reciben, analizan, procesan y responden a las tareas que les planteamos junto con las consignas que les ofrecemos para que lleguen a los objetivos que nos hemos planteado, ya que son las herramientas que nos ayudarán a entender cómo resolver problemas en la evolución técnica y consecuentemente física y de rendimiento de nuestro nadador para el desarrollo máximo de su potencial.

Durante las etapas de la niñez y adolescencia, es relativamente fácil mejorar los registros personales utilizando métodos basados en el desarrollo de las capacidades físicas, fundamentalmente porque sin buscarlo tenemos continuamente deportistas con mayores palancas, más fuerza, mejores condiciones metabólicas y una mente desarrollada sin represiones en la evolución.

¿No será quizá por eso que son más cuestionados los entrenadores de nadadores mayores que los de los más jóvenes, unido a que la exigencia académica limita la implicación mental en el proceso?

Los aspectos púramente técnicos y relacionados con la sensorialidad, aunque son complementarios, no son determinantes y todos los espectadores del proceso, deportistas, entrenadores y padres, ven evolucionar al sujeto sin cuestionarse qué pasará en el futuro o si cuidar la cuestión que nos ocupa, podría darnos mejores y más duraderos resultados venideros.

Los datos que vamos a analizar, nos servirán para tratar de “percibir” la vinculación entre capacidades físicas y factores técnicos además de entender que tienen que ir de la mano y que se pueden y deben desarrollar a la vez…

… Seguimos en nuestro siguiente post.

J. Bonal Pedrón

Siguiente post

Comparte este artículo