Errores más comunes
Adaptación natural del ser humano al desplazamiento a través del agua
Posturas inadecuadas, más conocidas como los errores más comunes
En la observación del comportamiento habitual de un ser humano introducido en el medio acuático y tratando de desplazarse utilizando los distintos estilos de nado, observamos elementos posicionales comunes, que en mayor o menor medida se pueden relacionar, independientemente del nivel de habilidad técnica personal establecida como patrón motor individual.
No vamos a extendernos en analizar detenidamente los principios físicos que intervienen en cada situación o postura, salvo su utilización como apoyo aclaratorio o justificación para entender ciertos comportamientos. Tampoco vamos a analizar algunas posturas o actitudes motrices desde el punto de vista tradicional. Intentaremos asociar ciertas conductas con las características básicas del SNC y trataremos de ser pragmáticos para que nuestra aportación sirva de recetario aplicable en las situaciones más comunes.
Antes de exponer las posturas más habituales y sus consecuencias, puntualizaremos en un aspecto fundamental que hay que tener en cuenta en el planteamiento a desarrollar:
La natación deportiva de competición es una actividad antinatural. El nivel de exigencia posicional y de propulsión, es diferente y mucho más exigente en el plano deportivo que en el relacionado con la salud.
¿Es fácil y cómodo nadar eficazmente optimizando nuestros recursos?
Durante el aprendizaje de las técnicas de nado, hay adaptaciones que van a marcar nuestra conducta motriz futura. Las etapas sensibles para adquirir aprendizajes son básicas y gozan de las mejores condiciones neuronales, estando virgen el soporte a forjar. Hay niños o adultos que tienen mejor predisposición para aprender estas habilidades, o bien están condicionados a hacerlo a favor de los estilos donde más cómodos se sienten o menos trabajo les resulta aprender por tener mayor facilidad en gestos simultáneos o alternativos. Esto hay que tenerlo en cuenta en esas etapas determinantes.
Nuestro comportamiento conductual tanto a nivel psicomotriz como mental, siempre se pone en marcha con sentido protector. El mecanismo de auto conservación que la evolución nos ha transmitido, está fuertemente arraigado en nuestro cerebro más primitivo y no es fácil engañarlo para conseguir nadar eficazmente, algo para lo que no nos hemos construido evolutivamente.
Otra gran cuestión a plantearnos, es el canal de comunicación que debemos utilizar para llegar a nuestros alumnos. Nos vamos a encontrar con cerebros que reciben la información de distinta manera, más auditivos, visuales, táctiles, cada uno ponderado hacia un sentido, varios… encontraremos de todo. Lo que sí es cierto, es que como hemos tratado anteriormente, el cuerpo del ser humano es como es, salvo algunas diferencias personales, y las leyes de la física actúan de forma muy parecida, debiendo sacar factor común para casi todo el mundo en aspectos básicos, observables bajo el ojo avizor del entrenador para sacar el mejor rendimiento a nuestro nadador, por no decir nadadores, por no decir equipo de entrenamiento, a la misma hora, con muchos por calle y con niveles muy dispares.
No es fácil ni cómodo. Claro está que se puede nadar rápido y hacer de nuestra carrera deportiva algo placentero y bonito, pero también podemos entrar en un camino de estancamiento y frustración que nos desequilibre y debilite emocionalmente por haber aprendido afectados por posturas inadecuadas o menos eficaces. Y porque no, también podemos ser más rápidos de lo que hemos sido siendo más eficaces técnicamente. Siempre se puede cambiar y mejorar.
Los materiales proactivos están diseñados para inducir y apoyar al Sistema Nervioso Motor a minimizar o evitar las adaptaciones naturales que cometemos cuando aprendemos los estilos de nado, considerándolos desde nuestro punto de vista como posturas inadecuadas y conocidos habitualmente como errores comunes.
La necesidad de la Vía sensorial para poder ejecutar los movimientos voluntarios complejos por los Ganglios Basales y la Corteza Motora con la ayuda y control del Cerebelo se hace esencial tanto en el aprendizaje como en los entrenamientos de rendimiento. Tanto en la enseñanza como en el entrenamiento, focalizar y mantener la atención en cualquiera de los dos planteamientos, es tarea ardua y difícil.
Las características de nuestro sistema nervioso y de sus neuronas, hace que nos evadamos del control y mucho más acentuado en una actividad poco habitual, cada día, en entrenamientos duros de soportar por la necesidad de desarrollo de capacidades metabólicas y la fatiga que producen. Incluso después de haber adquirido un elevado nivel técnico, la aportación de su uso es esencial para el desarrollo de las capacidades metabólicas sin desajustes inconscientes en la ejecución de los estilos personales en su camino hacia el mejor nivel deportivo. La fatiga que provoca el desarrollo de las capacidades físicas, es la peor situación en la que el control motor puede comportarse de forma eficiente. La adaptación e integración a la teoría del entrenamiento es tan artística por parte del entrenador como necesaria y el contraste general que debemos alternar en cada entrenamiento, deberá ser ponderado en algunos sujetos que necesiten mayor tiempo de dedicación por desviaciones personales que se alejen de la técnica óptima de cada estilo de nado.
¿Tenemos realmente herramientas que midan la pérdida de rendimiento según vamos aflojando la estructura general o las palancas dejan de aplicar las fuerzas con simetría?
Una de las razones de que los velocistas no puedan hacer mayores volúmenes de trabajo, es porque tienen que ser exquisitos en la ejecución y completar estos entrenamientos, les haría soportar gestos inadecuados que no les conviene automatizar.
La prevención es la pieza clave y la evolución pasa por llevar de la mano todos los sistemas involucrados en cada clase o entrenamiento, sin dejar de lado y dando su valor al aspecto emocional, ese que nos hace sentirnos bien o mal y que debemos cuidar en beneficio del primero, ya que es el más primitivo e inconsciente.
¿Qué cantidad e intensidad necesitamos para mejorar?
La eterna pregunta que cada uno responde de manera subjetiva, en ocasiones acertada, en otras confundida. Lo que sí es cierto es que ni mucho ni poco, ordenado, equilibrado y aceptado, será lo que nos haga progresar tanto a nivel mental como fisiológico y que consiga los efectos que el deporte debe transmitir. Que cada cual haga el uso que considera de esta herramienta que aportamos para contribuir a nuestro deporte…
La secuencia y posibilidad de aplicación que vamos a presentar no está basada en el trabajo analítico, sino todo lo contrario y aunque lo parezca en ocasiones, sólo trata de enviar mayor cantidad de información neural a las zonas donde nuestro cerebro rechaza, interviniendo en el centro de gravedad para no perder las posiciones hidrodinámicas y podamos ejecutar el nado global con eficiencia y eficacia en el periodo de adaptación de los mecanorreceptores. Comencemos...
Seguimos en el siguiente post…
J. Bonal Pedrón